lunes, 4 de octubre de 2010

Capítulo 1

Bueno chicas, aqui termino la votacion, la novela que gano fue Al Calor De La Pasion no les digo nada mas, espero y la sifruten, prometo subirles todos los dias, y si no, ANDY RECUERDAME QUE TENGO NOVELA(:

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Al Calor De La Pasion.

Pelo castaño-rubio contra una almohada de lino, piel bronceada contra una sábana intensamente blanca, ojos azulados mirando con descarado gesto de crueldad y triunfo los suyos... Vanessa se estremeció con violencia, rechazando la imagen que había surgido en su mente.
El insistente sonido del teléfono la sacó con brusquedad del torbellino de sus pensamientos. Contestó a la llamada de mala gana, tras cerrar a sus espaldas las puertas del cuarto de estar para no molestar a su padre.

- ¿Vanessa...?
Nessa se quedó petrificada, y su bello rostro, enmarcado por una sedosa melena oscura palideció intensamente.
Aquella voz... aquella inolvidable voz, profunda, oscura y densa como la miel. Decía su nombre como nadie lo había dicho nunca. Hacía seis años que no la oía, pero la reconoció al instante, sin poder sustraerse al horror que le produjo. Notó que la garganta se le cerraba.

- Esperó no haberte sobresaltado – susurró Zachary Efron, mintiendo entre dientes.
Nessa apretó los suyos. Deseó introducir la mano por el cable del teléfono y abofetearlo. Y el sentir aquello de nuevo, aquel arrebato de violento odio que sólo él lograba despertar en ella, le produjo un intenso pavor. Notó que la boca se le secaba.

- ¿Qué quieres?

- Estoy de un humor muy generoso - dijo él con lentitud -. Me siento predispuesto a ofrecerte un encuentro...
Los dedos de Nessa se cerraron con fuerza en torno al auricular.

- ¿Un encuentro? ¿Por qué?

- ¿Es posible que aún no hayas visto a tu padre? – murmuró él.

- Lo he visto - susurró Vanessa sin molestarse en añadir que Gerald Hudgens seguía en la habitación contigua.

- La malversación de fondos es un delito grave.

- Tenía deudas de juego – protestó Nessa en voz baja -. Se asustó... ¡no pretendía robarle el dinero a la empresa! Sólo lo estaba tomando prestado...

- Hablando eufemístamente, claro - dijo Zac en tono burlón.

- La empresa Hudgens era suya - le recordó Vanessa con impotente amargura.
Pero ya no lo es - replicó Zac con suavidad -. Ahora es mía.
Nessa sintió una intensa, punzada de culpabilidad. Si no hubiera sido por ella, Zachary Efron nunca habría entrado en sus vidas. Si no hubiera sido por ella, la empresa seguiría perteneciendo a su padre. Si no hubiera sido por ella, Gerald Hudgens no se habría visto enfrentado a una acusación por malversación de fondos.

- Papá tenía intención de devolver el dinero - dijo, sintiendo que el estómago se le encogía -. ¡Si no hubiera sido por la auditoría, nunca lo habrías averiguado! - añadió, desesperada.

- ¿Por qué crees que hago ocasionales auditorías por sorpresa en mis empresas? – preguntó Zac -. Los empleados como tu padre se vuelven codiciosos y a veces son atrapados con las manos en la masa.
Nessa tembló, oyendo el ensordecedor latido de su corazón en sus oídos.

- ¡Mi padre no es codicioso! Sólo estaba desesperado...

- Estoy deseando verte esta noche. Me alojo en el Deangate Hall. Estoy seguro de que no necesito decirte cuál será mi suite. A las ocho - especificó Zac -. Esperaré un minuto pasada la hora. Si no apareces, no habrá una segunda oportunidad, cara.

- ¡Será mejor que no pierdas el tiempo! - exclamó Vanessa, enfurecida por el sadismo de Zac -. ¡Prefiero verte en el infierno antes que volver a poner un pie en ese hotel!

- Debió ser todo un espectáculo verte salir de allí con un sólo zapato esa tarde - murmuró Zac provocativamente -. La doncella encontró el otro bajo la cama. El zapato de Cenicienta...


- ¿Cómo te atreves? - murmuró Nessa entre dientes.

- Y, por lo que recuerdo, estuviste a punto de dejarte algo mucho más íntimo detrás - dijo Zac reflexivamente.
Ruborizada hasta la raíz del pelo, Vanessa colgó el teléfono antes de que Zac pudiera recordarle más detalles sobre la inexcusable debilidad que mostró aquel día.

Lo último que quería en aquellos momentos era pensar en lo que sucedió en el Deangate seis años atrás.

«¡No!», quiso gritar, «¡No!». Pero no lo hizo, por supuesto. Vanessa no gritaba. Vanessa odiaba perder el control. Había crecido sollozando silenciosamente tras puertas cerradas, tapándose los oídos para no oír los gritos de su madre a su pobre padre. Y juró que ella sería diferente y que controlaría su temperamento por todos los medios. Sería fuerte sin pasión. Y si permanecía alejada de la pasión, nada lograría dañarla.

Lo peor de todo era tener que mirar atrás, ver cómo había roto sus propias reglas y cómo había sufrido a causa de ello. Tratando de huir de aquellos atemorizantes ecos del pasado, Vanessa volvió junto a su padre.

Con el rostro grisáceo, por la tensión, Gerald Hudgens alzó la mirada y siguió hablando nada más verla, tan centrado en sus propios problemas que ni siquiera quiso saber quién había llamado.

- Tuve que entregar todas mis llaves... incluso las de mi coche. No me permitieron volver a entrar en mi despacho - dijo con evidente dolor -. Luego fui escoltado al exterior del edificio por dos vigilantes de seguridad... ¡Fue una pesadilla!
Esas debieron ser las instrucciones de Zac. ¿Acaso no merecía su padre un poco más de consideración?, se preguntó Vanessa. ¿No podía haberle permitido mantener al menos un poco de dignidad?

- Papá... – a punto de llorar, Vanessa se acercó a su padre para consolarlo, pero él se apartó.

- Yo habría tratado de la misma manera a un ladrón - dijo secamente.

- ¡Pero tú no eres un ladrón!

Gerald Hudgens no respondió.

Vanessa no pudo evitar sentirse responsable. Debió haberse dado cuenta de que su padre tenía problemas. Una semana después de que Zac comprara la empresa Hudgens, la madre de Vanessa abandonó a su marido y solicitó el divorcio. La fuerte cantidad de la venta fue una tentación irresistible para Carole Hudgens. A pesar de que su matrimonio nunca fue bien, Gerald Hudgens se quedó desolado. Adoraba a su mujer. Siempre le fue leal y le perdonó todas sus aventuras. Habría hecho cualquier cosa por conservarla a su lado. La única persona que se sintió aliviada con la marcha de Carole fue su hija.

Pero Nessa debió haberse dado cuenta del inmenso vacío que se abrió en la vida de su padre. Vio cómo se convertía en un adicto al trabajo, porque eso fue todo lo que le quedó. Y mientras la empresa florecía., obteniendo todos los beneficios que tan feliz habrían hecho a su madre, Vanessa no pensó en la amargura que debía sentir su padre al pensar que la empresa ya no era suya y que todos aquellos beneficios llegaban demasiado tarde para salvar su matrimonio.

Pero apostar...

- Era un lugar al que ir, algo que hacer – explicó Gerald mientras su hija lo miraba, estupefacta. Entonces empecé a perder y pensé que no podía seguir perdiendo siempre...

El silencio se prolongó unos momentos y entonces Gerald Hudgens se levantó pesadamente del asiento y se encaminó con paso cansino hacia la puerta.



ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO(:

3 comentarios:

Unknown dijo...

wow . . . me dejaste . . asi ---> O.O!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

muero por seguirla leyendo y si no te preocupes yo te recuerdo (6) XD! la ame la ame!
aunqeu hubiera querido la otra pero esta se ve re buenissima siguela wendy tkm amiga! :)

dani1301 dijo...

creo que no la entendi muy bien
pero bueno a medida que avance la entendere
me encanto la nove
esta muy buena
ya quiero leer el otro capi
bye

vivi dijo...

o.O
ola esta genial!
plop me quede sin palabras
siguela!!
jaja bueno bye cdt
passate por las mias!

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